Porque Chile es un poema
Por la esperanza, por los colores, por las sonrisas, por la música inquieta, por la calle y la plaza, por el infantil olor a primavera, por la lágrima de la madre que llora alegre
Por la libertad de imaginar escenarios lindos, calles limpias, por el Viva Chile Mierda aguantado en la garganta, por los hijos que aún no imagino, por los amigos que tanto quiero, por la familia que aún se aferra, por la mano en el pecho, la puteada en el olvido y el portazo al Miedo.
Sigo soñando mi país desde la utopía y la inocencia, no quiero imaginarlo gris, cobarde, miedoso, cabizbajo. Ya pasaron esos tiempos, ahora, y como dice el Víctor: “…el alma se nos llena de banderas”.
Porque aunque nos quieran borrar los colores, somos “gente buena que hace que a veces este país parezca un poema”.